Archivo de la etiqueta: asimilación cultural

El pueblo atacameño: la historia que truncaron los españoles en Pukara de Quitor

ruinas-pukara-quitor-san-pedro-atacama  Corría el año 1536. En la zona de San Pedro de Atacama ya habían llegado noticias de que un ejército llegado del otro lado del mar había conquistado el poderoso imperio inca. En la ciudad fortaleza de Pukara de Quitor, los señores de Atacama se reunían, nerviosos, con el consejo de sabios. Trazaban planes, tomaban decisiones, se preparaban para la guerra. Habían jurado defender a sus familias y sus bienes de los conquistadores españoles, que sabían que venían para llevárselo todo. Los presumían ávidos de oro, pero lo cierto es que también aprovecharían para el avituallamiento, y esto los dejarían sin cultivos ni animales. Un día, uno de los guerreros indios dio la voz de alarma desde una de las terrazas: se acercaban los europeos. Eran Diego de Almagro y sus hombres. Los indios vencieron, derrotando a los cien lanceros españoles montados a caballo, que no pasaron el muro defensivo. Aquella noche, lo señores de Atacama celebraron su primera victoria. Hubo otras batallas, otras victorias. Un cronista de la época narra: «Los indios de Atacama han estado hasta ahora medio de paz medio de guerra. Son muy belicosos».

pukara-quitor-dominacion-espanola.san-pedro-atacama

Los atacameños, los primeros pobladores del desierto de Atacama, el pueblo con 10.000 años de historia que había conseguido domesticar esta tierra estéril y vivir de la agricultura y la ganadería, se resistió a la dominación española durante 20 años. El año 1540 trajo consigo un conflicto especialmente sangriento. Francisco de Aguirre se dirigió a Pukara de Quitor, resuelto a ganar la batalla para la honra y la patria. Con ayuda de los indios yanacomas -esclavos incas- logró conquistar la ciudad. Fueron muchos los caciques atacameños y soldados degollados, y sus cabezas fueron expuestas para disuadir a los subversivos restantes. Actualmente, ascendiendo por el sendero de las ruinas que quedan de Pukara de Quitor, pueden verse los rostros esculpidos en piedra de los antiguos señores. Junto a las cabezas, un altar cristiano para oficiar misa con vistas a todo el valle, como una ironía de su pobre destino: la asimilación cultural. Gradualmente, se acabó su historia. Primero, los atacameños intentaron mantener vivas sus creencias: el culto a la pachamama y el entierro de sus muertos en posición fetal, con objetos que les podrían servir en el más allá. Su lengua, el kunza, quedó reducida a cánticos ceremoniales, y finalmente, abrazaron la religión católica, esperando que el dios europeo los salvase. Pero, como dice un cartel en la cima de la montaña, «el atacameño es aquel que al llegar a este lugar exclama: Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»

iglesia-san-pedro-atacama

2 comentarios

Archivado bajo Chile, Viajes